Este festival, celebrado en los idus de febrero, se
realiza en el templo erigido en honor a Fauno en la isla Tiberina. El culto a
esta deidad fue introducido en la ciudad a petición de los pontífices, que
deseaban acercar a esta divinidad rústica a las gentes de Roma.
No se trata de un festival multitudinario, como
puede ser su festival gemelo, la Faunalia Rústica. Sin embargo, las gentes
cercanas a la isla Tiberina suelen acudir al festival, tal y como relata Ovidio en sus Fasti II: “El día de las Idus
humean los altares del agreste Fauno en el lugar donde la isla rompe y separa
las aguas”.
Una procesión se dirige al templo tiberino para
ofrendar a Fauno bienes de origen rústico y pastoril, realizando danzas y un
magnífico banquete. Se trata de un sencillo y casi íntimo festival.
El templo de
la isla Tiberina –aedes Fauni-
La construcción de este templo –en realidad un
pequeño aedes y un altar-, se inició
en el 196 a .
C., empleando para ello los fondos malversados de los pecuarii publici (arrendadores de pastos públicos para el ganado),
gracias a la labor de los ediles plebeyos Cn. Domicio Ahenobarbo y C. Scribonio
Máximo. Fue finalmente fundado dos años después por Domicio Ahenobarbo, ahora
ejerciendo como pretor urbano, en los idus de febrero. El templo posee una minúscula
arboleda que simboliza la naturaleza agreste de Fauno. Cercano se encuentra el
mercado Boario de Roma, donde se concentra la venta de productos relacionados
con la ganadería.
La proa de la isla Tiberina |
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