
Origen divino: el dios infernal Sorano
“¿Ves cómo el Soracte se yergue blanco de nieve espesa, como las selvas no pueden soportar el peso que las fatiga, como los arroyos han detenido sus aguas bajo el agudo hielo?”
-Oda 1.9, de Horacio.
El monte Soracte, 45 km al norte de Roma y cerca de la via Flaminia, en territorio de la antigua raza de los sabinos faliscos, domina con sus seis picos una pequeña región antiguamente primordial para los primeros romanos, pues el curso alto del Tíber pasa cercano por este territorio, además de poseer un importante vado. La ciudad de Falerii es la “capital” del pueblo de los faliscos, que pese a estar entre los etruscos son de estirpe diferente. A finales del siglo II los faliscos están plenamente integrados en el Imperio, tan cerca de Roma,… pero rinden culto a un dios primitivo y peligroso, el dios Sorano.
Sorano es el dios-lobo que protege la entrada a una gruta en el Monte Soracte, una entrada al Infierno, al mundo de ultratumba. Seres infernales y fantasmales pugnan por salir a nuestro mundo. Difícil es saber si Sorano impide su escape, o al contrario, los alienta a invadir el mundo de los vivos. Lugar extraño y embrujado.
“¿Ves cómo el Soracte se yergue blanco de nieve espesa, como las selvas no pueden soportar el peso que las fatiga, como los arroyos han detenido sus aguas bajo el agudo hielo?”
-Oda 1.9, de Horacio.
El monte Soracte, 45 km al norte de Roma y cerca de la via Flaminia, en territorio de la antigua raza de los sabinos faliscos, domina con sus seis picos una pequeña región antiguamente primordial para los primeros romanos, pues el curso alto del Tíber pasa cercano por este territorio, además de poseer un importante vado. La ciudad de Falerii es la “capital” del pueblo de los faliscos, que pese a estar entre los etruscos son de estirpe diferente. A finales del siglo II los faliscos están plenamente integrados en el Imperio, tan cerca de Roma,… pero rinden culto a un dios primitivo y peligroso, el dios Sorano.
Sorano es el dios-lobo que protege la entrada a una gruta en el Monte Soracte, una entrada al Infierno, al mundo de ultratumba. Seres infernales y fantasmales pugnan por salir a nuestro mundo. Difícil es saber si Sorano impide su escape, o al contrario, los alienta a invadir el mundo de los vivos. Lugar extraño y embrujado.
El gramático y comentador Servio detalla según la leyenda el origen de los sacerdotes de Sorano, los hirpi sorani faliscos, durante un rito en el monte Soracte: “Cuando en cierta ocasión se celebraba un sacrificio a Dis Pater, ya que el Soracte está consagrado a los dioses Manes, aparecieron de repente unos lobos y arrebataron del fuego las vísceras de las victimas. Como los pastores los siguieron con tesón, se vieron conducidos a cierta caverna que expelía un vaho pestífero, tanto que mató a los pastores que se aproximaron; y después se propagó una peste por haber seguido a los lobos. Acerca de ello el oráculo respondió que solo podrían curarse sí imitaban a los lobos, es decir, si vivían de la rapiña. Una vez que así lo hicieron, fueron llamadas estas gentes Hirpi Sorani, pues los lobos se dice hirpi en lengua de los sabinos. Soranos en cambio se llaman por Dis, pues Dispater lleva por nombre Sorano, como si dijéramos “lobos de Dispater”. En recuerdo de ello, Virgilio compara poco después a Arruns, el etrusco aliado de Eneas, con un lobo, un Hirpi Sorani.”
Este grupo de sacerdotes-lobo se encarga de ofrecer a Sorano sacrificios durante un importante rito en el solsticio de verano. Para ello caminan descalzos sobre carbones de madera de pino encendidos llevando las ofrendas, consistentes en los animales despedazados durante los cruentos sacrificios. Al lobo Sorano solo se le calma con sangre y carne.
Sorano es una deidad o daemonium de naturaleza e historia complejas: los griegos consideran a Sorano como Apolo en su faceta de dios-lobo, ya que también está asociado al Sol, poseyendo un templo en la cima del Soracte; los romanos lo adoran como Dis Pater, el Júpiter de los infiernos y los muertos.
Los teúrgos del Pacto Secreto consideran a Sorano como un peligroso daemonium, un ente infernal y un versipellis, que posiblemente murió en una caverna vinculada al Hades pero que intenta regresar a nuestro mundo. Es posible que los Hirpi Sorani por medio de prácticas secretas puedan transformarse completamente en versipellis u obtener solo parte del poder de Sorano. Quizás para ello ofrezcan victimas humanas en sus sacrificios, pues no es raro que desaparezcan viajeros por la concurrida vía Flaminia o en la propia Roma.
Comentarios
Valete.
Sinceras gracias. Que sepas que los comentarios negativos los elimino... Es broma.
Esta es mi idea, no solo mostrar lo que mucha gente ya sabe, sino enseñar todo lo que puede ofrecer el desconocido y a menudo extraño mundo antiguo.
Este salvaje culto en especial llama mi atención pues está muy cerca de la "civilizada" capital del Imperio.