Recreación de un patio y monumento funerario |
Historia
Los
primeros pobladores de la región fueron los edomitas, que tras emigrar al
norte, dejaron paso a los nabatu (entre
el siglo VI y el IV a. C.), conocidos como nabateos por griegos y romanos.
Estos eran árabes nómadas, que con el tiempo, establecieron el reino nabateo;
sin embargo, no pierden su esencia nómada. Pasarán siglos antes de que
comiencen a fundar poblaciones y adquirir costumbres “civilizadas”.
Perfectos
conocedores de su región, los nabateos controlan desde hace siglos las
caravanas que cruzan su territorio y gran parte de la Arabia Deserta: mirra,
incienso, las más costosas de las especias, como pimienta, canela, cinamomo,
así como esclavas… El comercio, el bandidaje, la piratería y los aranceles son
la base de su riqueza; sin olvidar la cría de ovejas y dromedarios.
A
mediados del siglo II a. C. ya existe un verdadero reino nabateo con capital en
Petra –llamada por los nabateos Raqmu-. Mantiene estrechas relaciones con Judea
y Siria, oscilando entre la cooperación amistosa y los golpes de mano, evitando
guerras abiertas, salvo las defensivas. Sin embargo, los reyes nabateos
habitualmente “prestaban” sus ejércitos para las guerras entre sus vecinos,
buscando aprovechar la oportunidad de incrementar su reino.
Desde
el momento que Pompeyo crea la provincia de Siria (64 a . C.) el reino nabateo
procura no llamar demasiado la atención de Roma, pagando algunos tributos,
defendiéndose contra los esporádicos ataques romanos –más en busca de botín que
conquista-.
Incluso
ayuda a César en su lucha contra Ptolomeo XII, haciendo que el rey Malco I sea
aclamado como “amigo de César y Roma”.
Cuando
Egipto cae bajo el poder de Roma, gracias a Octaviano, el futuro Augusto, el
reino nabateo apenas logra mantener su independencia, aunque sí comienza su
época de mayor esplendor económico, bajo el gobierno real más largo de su
historia, con Aretas IV (9 a .
C.- 40 d. C.)
El
reino es anexionado por Trajano (106 d. C.), a la muerte del rey Rabel II. No
fue necesaria guerra alguna, salvo la aproximación del ejército romano. Nada de
triunfos ni monedas conmemorativas rezando Arabia
Capta –conquistada-, sino Adquisita.
La
influencia griega helenística se hace patente en la provincia, no tanto la
romana –apenas se habla latín-. Los nabateos, sin embargo, son de naturaleza
ecléctica, por lo que en la arquitectura y costumbres puede verse un crisol
árabe, griego, romano, judío, egipcio e incluso mesopotámico.
Rutas nabateas |
Geografía
Tanto
la provincia como el reino nabateo comprende grosso modo la actual Jordania, incluyendo regiones como el Sinaí,
el Néguev y zonas desérticas orientales, en las cuales Roma ha dispuesto
atalayas y campamentos, entrelazadas con la calzada llamada Via Traiana Nova, creada por orden de
Trajano. Una calzada dispuesta de sur a norte, cruzando la provincia desde Aila
hasta Bostra.
Limita
al oeste con Egipto –siendo el Sinaí la frontera-, al norte con Judea y Siria,
al este con el desierto arábigo, y al sur con el Mar Rojo.
La
capital provincial es Bostra, al norte, aunque Petra sigue gozando en tiempos
del Imperio de su riqueza e influencia; de hecho, no es raro que el gobernador
provincial la visite y actúe en ella como si fuese la capital. Sin embargo, la
ciudad de Palmira, en Siria, se convertirá en la gran rival y vencedora de
Petra, arrebatándole su influencia y riquezas.
Otras
ciudades importantes son Gerasa, Philadelphia, Madaba, Birosaba y los puertos
de Aila y Leuke Kome, de donde parten navíos hasta la lejana costa de la India.
La
provincia está dividida a su vez en distritos gobernados por un strategos, con funciones civiles –y
militares hasta la llegada de Roma, que les permite, sin embargo, actuar como
“policía”-. Algo así como jeques locales de influencia y poder desigual.
Localización de la provincia nabatea |
Clima
La
mayor parte de la provincia es un erial desértico de arenas y soledades
pedregosas, con barrancos y sus uadiya
–cauces estacionales, por los que discurre el agua por algunas horas, días y,
con algo de suerte, semanas-. Aunque en época romana el clima no es tan severo
como el actual.
Sin
embargo, el norte de la provincia recibe una cantidad de lluvias más razonable.
Ciudades como Bostra, Gerasa o Madaba poseen jardines y buenos huertos,
disfrutando de arboledas típicas mediterráneas, donde florece la vida animal.
Durante el siglo II, además, los nabateos logran cultivar con mayor eficiencia
su ingrata tierra.
Idioma
Los
nabateos emplean una mezcla, si puede llamarse de ese modo, de árabe y arameo
–lengua importante en Siria y otros lugares de Oriente Próximo-. Con el paso
del tiempo el árabe y el griego ganan preeminencia.
Poseen
alfabeto propio, siendo una variante del arameo. Este alfabeto será la base del
empleado por todos los árabes.
Oficios
Los
nabateos respetan a los que ejercen profesiones relacionadas con el comercio,
como jefes de caravanas y camelleros; así como constructores de cisternas y
diques, básicos para la existencia de sus ciudades; sin olvidar artesanos
herreros, tejedores u orfebres; gozan a su vez de preeminencia los escribas y
médicos. Las profesiones suelen heredarse de padres a hijos.
Una
singularidad de los nabateos es la libertad jurídica de sus mujeres, cuya
libertad incluye derechos de propiedad, algo extraño en la región, dominada por
civilizaciones patriarcales.
Dos divinidades adoradas por
los nabateos
- Dushara, su principal deidad, equivalente a
Júpiter y Dionisios. Su nombre significa “Señor de la montaña”.
- Al-Uzza, la gran diosa de la fertilidad,
asimilada también a Afrodita. Su nombre significa “la fuerte, la
poderosa”.
Ejército
La
provincia está defendida por la legio III
Cyrenaica, que combate a menudo contra las tribus árabes que alternan el
comercio con el bandidaje.
Cuando
Roma se anexiona el reino nabateo, no destruye su ejército, sino que lo distribuye
en diversas unidades militares denominadas Cohortes
Ulpiae Petraeorum –unos 3.000 hombres, aproximadamente-. Destacan los
arqueros a caballo, muy influenciados por el estilo bélico persa, y los jinetes
de dromedarios. Los nabateos emplean un tipo de silla de montar que les permite
ir sobre la joroba del animal, lo que les da una especial ventaja, al poder
llevar más equipo del habitual, como agua y mayor número de armas, como varias
jabalinas, además de un arco simple, su aljaba, una spatha y un escudo pequeño.
Estas
unidades están comandadas por hipparchos
–hiparcos, comandantes de caballería- y chiliarchos
–comandantes de infantería ligera-. El qntryn
es el equivalente a centurión.
Petra |
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