Mater Matuta y dos pequeños infantes |
Festival
en honor a la diosa Mater Matuta, personificación de la aurora y la luz diurna,
benefactora de la humanidad. Debido a su vinculación con la luz, se la suele
identificar con Juno Lucina, patrona de los nacimientos, aunque algunos
consideran que se trata de otro aspecto de Bona Dea, Fortuna o Carmenta.
En
tiempos imperiales también se la considera patrona de los puertos, al
relacionarla con Leucótea, una ninfa marítima griega.
El nombre matuta
Según
algunos autores romanos, significa “bueno”, relacionándolo con palabras como mane, maturus o manus; otros,
consideran que el nombre deriva de matutinus
–matutino, de la mañana- y no al contrario.
Templo de Mater Matuta
La
diosa posee un templo –aedes matris
matutae- en el foro boario, cerca del Circo Máximo, aunque al principio
solo era un altar dedicado por el rey Servio Tullio. Destruido en el 506 a . C, el dictador Furio
Camilo, tras una promesa, erigió el templo en el 396 a . C. En el 213 a . C. sufrió un incendio,
siendo restaurado al año siguiente junto a un templo a Fortuna.
El
foro boario es el mercado principal del ganado en Roma.
El
culto es muy popular en Italia, por lo que posee altares y templos por toda la
región. En Praeneste, Pyrgi y Satricum, poblaciones del Lacio y Etruria, tiene
especial importancia.
Festival de Mater Matuta
Solo
se permite la asistencia a este festival de las matronas casadas, llevando a
los hijos de sus hermanas –no los propios-. En el caso de ser muy pequeños, los
llevan en brazos.
Está
prohibida la entrada al templo de las esclavas –famulae-, aunque durante el festival se escoge a una que sí entra
en el mismo, pero con la intención de representar una severa reprimenda: se la
abofetea en las mejillas (o se la golpea con una vara) y se la expulsa del
templo. Representando la diosa la luz de la mañana, la esclava representa la
oscuridad previa a ese amanecer.
Tras
esta acción ejemplarizante, las matronas ruegan a la divinidad por la salud y
bienestar de los hijos de sus hermanas, acunándolos en brazos. Nunca se ruega
por los hijos propios, sino por los sobrinos, lo que busca reforzar los lazos
familiares y concienciar sobre la importancia de la familia.
Se
le ofrecen a la diosa unos pasteles tostados llamados testuacia; nombre que hace referencia al modo en que son
elaborados, con el simple calor de una vasija caliente.
Las
matronas que solo hayan tenido un marido y siga vivo tienen el privilegio de
coronar con flores la estatua de Mater Matuta.
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