Dea Fortuna |
La diosa Fors Fortuna
Dos
conceptos básicos que representan a esta divinidad: fors asociada a los hombres, y fortuna
a las mujeres; además, asimilada a la Tyche griega. Suerte, azar, destino,
están bajo su dominio; así como la fertilidad, aunque ninguna actividad escapa
a su poder, benéfico o negativo –también suya es la mala suerte-. Sus numerosos
apelativos son muestra de su poder: virgo,
primigenia, equestris, victrix, redox, felix, domina, obsequens, conservatrix,
bona, gubernans, virilis, muliebris…
Origen del festival
Ovidio
en sus Fasti, VI 775-785, explica la razón del mismo –la fundación del templo
por el rey Servio Tulio-, y someramente cómo lo viven la plebe y los esclavos: “¡Qué pronto han llegado los honores de
Fors Fortuna!; dentro de siete días junio habrá pasado. Venid, Quirites,
celebrad contentos a la diosa Fors; en la ribera del Tíber tiene sus regalos de
rey. Bajad corriendo, los unos a pie, los otros también en rápida barca, y no
os avergüence volver de ahí borrachos a casa. Llevad, barcas adornadas con
guirnaldas, a jóvenes y sus francachelas, y que en medio de las aguas beban
abundante vino. La plebe venera a esta diosa porque quien fundó su templo era
de la plebe, según se dice, y de humilde origen llegó a detentar el cetro.
También a los esclavos les va bien, porque Tulio, que levantó el templo vecino
de la ambigua diosa, nació de de esclava –se refiere al rey Servio Tulio, cuya
madre era Ocrisia, una prisionera de guerra-.”
El festival
La
más humilde plebe y los esclavos acuden a este célebre festival, en el que está
permitido emborracharse –casi una obligación- y comer sin medida, permaneciendo
en vela toda la noche si les es posible. Los esclavos tienen permiso de sus amos para acudir a su fiesta particular.
Una
gran multitud a pie guiada por la ribera del Tíber acude a los dos templos que
Fortuna posee en el Trastevere –uno en el primer miliario, el segundo en el
sexto miliario, cerca del santuario de Dea Dia; otros llegan río abajo, en
pequeños botes engalanados con flores y un lucero como guía. Este descenso es
todo un rito que se conoce como tiberina
descensio: es verano y el descenso por el río es una petición por las
lluvias y la abundancia de aguas fluviales, esenciales para la vida y la
agricultura. Entre ambos templos hay numerosos santuarios en su honor.
Los
cantos y bailes de todo tipo, muchos obscenos, son la mayor diversión del
festival caracterizado por el desenfreno.
Se
encienden hogueras –no debe olvidarse que es el solsticio de verano-. Se salta
sobre ellas en número impar, siendo los más propicios el tres y el siete.
A
los nacidos este día de festival se les considera afortunados, protegidos bajo
su égida.
Regalos a los esclavos
También es costumbre que los amos hagan regalos a sus esclavos en esta fecha, aunque rara vez de gran valía, como relata Ovidio: "Y, Además, al esclavo que te lo pida, ofrécele regalillos el día de la Fortuna; poco es el desembolso".
Regalos a los esclavos
También es costumbre que los amos hagan regalos a sus esclavos en esta fecha, aunque rara vez de gran valía, como relata Ovidio: "Y, Además, al esclavo que te lo pida, ofrécele regalillos el día de la Fortuna; poco es el desembolso".
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