Ceremonia
lustral de los campos sembrados. En Italia las mieses maduran a finales de mayo
y se recogen los primeros días de junio, por lo que asegurarse el buen estado
de la cosecha es asunto vital. La ambarvalia ruega a los dioses por esta
cosecha: tomar precauciones respecto a la buena disposición de las divinidades
es primordial para la supervivencia de cualquier comunidad.
En
Roma y otras ciudades este festival recibe el nombre de ambarvia y ambarvalia;
las gentes del campo suelen referirse a ella como segetes lustrantur –lustración de los campos sembrados-.
Ambarvalia privada y pública
Este
festival se oficia de dos formas: una pública organizada por el estado y
solicitada por los emperadores, y otra privada oficiada por el paterfamilias.
Festival público
Cada
cierto tiempo el emperador solicita una ambarvalia pública, oficiada por los
fratres arvales –aunque lo habitual es una cada cinco años y en fechas
especiales, como la elaboración del censo o cuando acontecen catástrofes que
afecten al estado-.
Una
procesión liderada por los arvales parte de Roma, sitiándose en el llamado fasti, antiguo límite del ager romanus, tal y como narra Estrabón
en su Geografía (libro V, capítulo 3, 2: “En
mitad del quinto y sexto miliario, que marcan la distancia en millas desde Roma
–en dirección a Alba Longa-, hay un lugar llamado Fasti y declaran que este
punto era el límite de lo que entonces era el territorio romano. En este mismo
lugar y en otros más, considerados fronteras, los sacerdotes celebraban en el
mismo día sacrificios que tienen la denominación de Ambarvia –Ambarvalia en
nombre latino-.”
La
procesión suele ir acompañada de aquellos que poseen campos de cereales y
viñedos cercanos a Roma. Todos llevan ramas de olivo y actitud jubilosa.
Tras
dar tres vueltas alrededor de un campo, se sacrifica una suovetaurilia –un cerdo, un cordero y un ternero, uno de los
sacrificios más característicos de la religión romana, en honor a Marte como
dios del suelo patrio-. Este tipo de sacrificio múltiple es habitual en las
lustraciones, las purificaciones. Durante las mismas se recitan fórmulas
prototípicas para rogar a Marte.
Catón,
en su De agricultura CXLI, nos indica cuales deben ser las frases durante el
sacrificio de la suovetaurilia, tanto pública como privada: “Has de purificar el campo así. Manda que
las suovetaurilias sean paseadas alrededor del mismo tres veces y di: «Como
todas las cosas necesitan de los dioses, te ruego a ti, Manes, que estas
suovetaurilias cuides de hacer lustrar mi propiedad, mi campo y mi tierra, por
todas partes donde encuentres, o bien hazlas girar, o bien deben ser dirigidas
entorno». Invoca a Jano y a Júpiter con vino, así di: «Padre Marte, te ruego y
pido que quieras ser propicio a mí, a la casa y familia nuestra, por gracia de
que he hecho dirigir las suovetaurilias alrededor de mi campo, tierra y
hacienda, para que tú prohíbas, defiendas y alejes las enfermedades vistas y no
vistas, la infertilidad y la devastación, calamidades y adversidades y que
dejes crecer y nacer bien los frutos, trigo, viñas y árboles; que guardes
buenos y sanos pastores y ganado; y des salud y buena sanidad a mí, mi casa y
la familia nuestra. Por eso, pues, para purificar mi hacienda, tierra y campo,
y por el sacrificio lustral que voy a hacer, como he dicho, seas magnificado
por estas suovetaurilias de leche inmoladores». Además, haz que hayan una torta
y un pastel debajo del cuchillo, y de allí ofréndalos. Cuando inmoles el cerdo,
el cordero y el ternero, así hay que decir: «Seas magnificado con
suovetaurilias inmoladores». Prohibido llamar a Marte ni ternero ni cordero. Si
en todas sacrificas menos, si con el sacrificio de tres animales es poco,
pronuncia estas palabras, así: «Padre Marte, si alguno de estos suovetaurilias
débiles no te son satisfactorios, te hago expiación con estos otros
suovetaurilias». Si se duda de una o de dos, pronuncia estas palabras, así:
«Padre Marte, ya que en este cerdo estás descontento, te lo expío con este
cerdo».
La
carne obtenida en estos sacrificios se emplea en un banquete, aunque parte es
reservada para su venta por carniceros vinculados a los templos y a los
arvales.
Suovetaurilia |
Festival privado
Una
lustración oficiada por el paterfamilias, acompañado de su familia y sirvientes,
rogando a Ceres por la cosecha y sus campos. Una procesión en la que no faltan
segadores y granjeros, los cuales bailan y cantan suplicando a Ceres,
ofreciendo vino y leche con miel a la diosa. Todos portan ramas de olivo en
actitud jubilosa y alegre.
El
paterfamilias escoge la propiedad rústica que considere más propicia para la
ceremonia, ya que puede estar en posesión de diferentes campos sembrados y
granjas. De igual modo que en la ambarvalia pública, sacrifica una
suovetaurilia, oficiando en lugar de los arvales, profiriendo los mismos ruegos
a Marte y Ceres. En
gran medida este ritual privado es idéntico al público, salvo por el oficiante.
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