Sestercio de oricalco acuñado por Vitelio (69 d. C.) representando a Honos y Virtus |
Aniversario del templo
dedicado a Honos y Virtus, dos cualidades divinizadas por los
romanos (y por los griegos).
Virtus
Esta divinidad encarna el
conjunto de cualidades que dan al hombre su valor físico y moral, es su
carácter distintivo, lo que le convierte en un “hombre”. De virtus deriva la palabra virtudes, sus
dotes, su calidad. Hace especial referencia al valor guerrero, a la cualidad de
un milite o un general, al coraje o
la excelencia en el ejercicio del arte militar. Por ello no es raro que se le
asocie con Honos, el honor. Su equivalente griego es la diosa Areté.
Se la representa, a
menudo, como un joven ataviado con una simple túnica y una lanza (o jabalina).
A veces se le ve portando un casco y un escudo. Siendo una virtud militar no se
le suele representar con un aspecto bélico fiero. Incluso en numerosas monedas
se le representa como una joven con atributos militares.
Honos
De igual forma que
Virtus, esta deidad hace referencia especialmente a su aspecto bélico, siendo
el honor ganado en batalla. Representa tanto el honor como el respeto y la
honra en el mundo militar, destacando su devoción entre el orden ecuestre. En
cierto sentido también es el honor debido a Roma. Así, en las legiones, los
centuriones honran el Honos Aquilae,
el emblema de la legión, al que consideran sagrado.
Se le suele representar
como un joven con armadura sosteniendo un globo que simboliza el mundo y una
rama de olivo; a veces sostiene una cornucopia en la mano izquierda y una lanza
en la derecha.
Aedes Honos et Virtus
Situado en lo que era las
afueras de la ciudad en época republicana, muy cerca de la Porta Capena –Regio I de Roma, al sureste-. Posee dos capillas,
cada una dedicada a una deidad: Honos, la más antigua, y a Virtus. Antes de su
construcción en la zona se encontraba una aedicula
Camenarum, una pequeña capilla dedicada por Numa en honor de las Camenas.
Se encontraba dañada por la caída de un rayo, así que durante un tiempo estas
diosas compartieron espacio con Honos y Virtus, hasta que fue trasladada al
templo de Hércules Musarum (ver el festival de la Carmentalia para más información sobre las Camenae).
El templo original fue
inaugurado por Q. Fabio Máximo Verrucoso el 17 de julio del 234 a . C. tras una guerra
contra los ligures, siendo su dies
natalis. Este general le había prometido el templo a Honos si vencía.
En el 222 a . C., M. Claudio Marcelo
venció a los insubres en la batalla de Clastidio en el norte de Italia, prometiendo
un templo a Honos y Virtus. De esta contienda destaca que Claudio Marcelo
obtuvo una spolia opima, un singular
botín de guerra: solo se puede obtener este honor al combatir y ganar a un
oponente en combate singular. El oponente, claro está, es el comandante del
ejército adversario. En este caso se trató de Viromaro, el rey de la tribu
celta de los gaesetae.
Claudio Marcelo, tras la
toma de Siracusa (214-212 a .
C.), renovó sus votos de dedicar el templo a Honos y Virtus. En el 208 a . C., ya en Roma,
intentó dedicar el mismo templo a las dos deidades, provocando la ira de los
pontífices, que alegaban que era imposible inaugurar un solo templo a dos
divinidades de ese modo. Tito Livio, en su Historia de Roma XXVII (25, 7-9), lo detalla: “A Marcelo lo retenían en Roma una serie de
escrúpulos religiosos que se le venían a la mente, entre ellos el hecho de que
en Clastidio, durante la guerra con la Galia, había prometido con voto un
templo al Honor y el Valor pero los pontífices ponían inconvenientes a la dedicación
del mismo, diciendo que en rigor un único santuario no podía ser dedicado más
que a una única divinidad, porque si era alcanzada por un rayo o tenía lugar en
él algún hecho portentoso, la expiación iba a ser problemática al no poder
saber a cual de los dioses se ofrecía el culto, pues propiamente una sola
víctima no puede ser sacrificada a dos dioses salvo que estén bien
determinados.”
Por
lo tanto, se restauró el templo a Honos y se construyó una nueva capilla para
Virtus. De ese modo el aedes tiene
una capilla doble –gemella facie-.
Fue inaugurado por su hijo Marcelo en el 205 a . C. En su interior eran abundantes los
tesoros y obras de arte, donadas por Claudio Marcelo tras la conquista de
Siracusa. Desgraciadamente, en tiempos del Imperio, muchos de estos tesoros han
desaparecido.
El
emperador Vespasiano restauró el templo –posiblemente dañado tras el incendio
del principado de Nerón o a causa de la caída de un rayo-, encargando a dos
notorios pintores, Cornelio Pino y Atio Prisco, su decoración.
Ubicación de la Porta Capena |
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