Foro de César en primer plano y el templo a Venus Genetrix al fondo |
Aniversario conmemorativo de la inauguración del
templo fundado en honor a Venus Genetrix,
divinidad asociada a la gens julia.
Farsalia (48 a . C.)
Se enfrentaban Pompeyo Magno y Julio César en la
brutal segunda guerra civil que desangraba a la República romana. Ambos
defensores, a su manera, de la propia república. Pompeyo contaba con mayor
número de tropas, pero menos experimentadas que las de su rival; la mayoría de
los senadores –optimates-, estaban a su lado. Entre los dos, cerca de 70.000
combatientes.
La suerte quiso que el destino de la república se
sellase en Tesalia, tierra de brujas en el imaginario antiguo, concretamente en
Farsalia. Ninguno de los dos colosos que se enfrentaban tenía certeza alguna
sobre su victoria. Por ello, Julio César rogó a Venus, del que aseguraba
descendía su familia, le ayudase en la batalla. Se trataba de una Venus
específica: Victrix.
Apiano, en su Guerras Civiles II (68), nos narra
la petición de César a Venus y su paredro Marte, así como los prodigios
asociados al sacrificio realizado a colación: “En el curso de un sacrificio, a medianoche, invocó a Marte y a su
misma antepasada, Venus –pues se creía que el linaje de los Julios descendía,
con un ligero cambio de nombre, de Eneas y del hijo de Eneas, Ilo-, y le
prometió, si salía con bien de su empresa, erigirle un templo en Roma, en
acción de gracias como portadora de la victoria. A continuación, un resplandor
atravesó el firmamento desde el campamento de César al de Pompeyo, donde se
extinguió. Los soldados de Pompeyo lo interpretaron como una victoria brillante
de ellos mismos sobre sus enemigos, pero César lo interpretó en el sentido de
que él atacaría y extinguiría el poder de Pompeyo. En esa misma noche, algunas
de las víctimas del sacrificio se le escaparon a Pompeyo y no fueron cogidas, y
un enjambre de abejas, criaturas lentas, se posaron sobre el altar.”
César venció en Farsalia. Para muchos el punto de
inflexión de la moribunda república y el alumbramiento del futuro que estaba
por venir y que se conocería como imperio. Aunque el gran César había prometido
el templo a Venus Victrix, finalmente lo consagró a Venus Genetrix, como
engendradora de su linaje y grandeza.
Aedes Veneris
Genetricis
Situado en el Foro de César –Forum Iulium-, célebre por su magnificencia y buen gusto artístico,
confiriendo al templo de un escenario perfecto, teatral para los que lo visitan,
elevado sobre un gran podium que hace las veces de rostra, tribuna ideada para los oradores. Dedicado el 26 de
septiembre del 46 a .
C. por el propio Julio César, siendo el dies
natalis del templo. Ese día 26 fue la culminación del triunfo dedicado en
honor a la victoria contra Pompeyo en Farsalia. Aunque dedicado ese día, las
obras del Foro de César y del propio templo fueron culminadas por su digno
sucesor, Augusto.
Años más tarde, el templo fue reconstruido por
Domiciano y dedicado nuevamente por Trajano, añadiendo la llamada Basílica
Argentaria –comercios de los argentarii,
banqueros y cambistas de moneda-; esta basílica en realidad asemeja más un
pórtico que une los llamados foros imperiales con el foro romano.
No está muy lejos de la Curia, lugar habitual de
reunión del Senado romano. Entre el propio templo y la Curia se han habilitado
algunas tabernae –oficinas- de dos
plantas en las que se guardan información burocrática asociada a las
actividades senatoriales. Una de estas tabernae
recibe el nombre de Secretarium Senatus.
Frente al templo se han habilitado tres fuentes en
las que destacan sus conjuntos escultóricos representando ninfas. Reciben el
nombre de Appiades, en honor a la ninfa acuática Appias. Ovidio, en su Arte
de Amar I (80) nos hace una descripción de la vida “amorosa” de su
tiempo en el Foro de César: “También los
foros (¿quién podría creerlo?) son sitio apropiado para el amor, y muchas veces
la llama amorosa brotó en el bullicio del foro. Por donde la Apíade, situada al
pie del templo de Venus construido en mármol, salpica los aires con el surtidor
de sus aguas, por allí el jurisconsulto queda con frecuencia cautivo del Amor y
quien se había cuidado de los demás no sabe ahora cuidarse de sí mismo; allí
las palabras le faltan a menudo al orador, un caso insólito se le presenta y ha
de litigar en su propio proceso. Venus se ríe de él desde su templo, que está
en las inmediaciones, y el que hasta hace poco era un defensor, ahora desea ser
un cliente.”
El templo alberga no pocas obras de arte,
destacando la magnífica estatua de Venus Genetrix realizada por el gran
escultor Arcesilao de Cirene; así como dos pinturas de Timomaco de Bizancio
representando a Ajax y a Medea, que costaron una fortuna al mismo César; una
estatua dorada de Cleopatra caracterizada como la diosa Isis; diversas
colecciones de gemas, que reciben el nombre de dactyliothecae; una coraza decorada con perlas de Britania.
Tras el año 17 d. C., frente al templo se ha
dispuesto una enorme estatua de Tiberio, donación de varias ciudades de Asia
Menor tras sufrir un terremoto, como reconocimiento por la ayuda prestada por
el emperador –donaciones monetarias y suspensión del pago de impuestos durante
cinco años-.
El Equus
Caesaris
Como curiosidad, destacar la estatua de un singular
caballo situado frente al templo. Se trata del caballo que montaba
habitualmente César. Llamado Genitor –creador, padre-, en honor al difunto
padre del dictador.
Suetonio, en su Vida de César (61) nos
detalla cierta particularidad física del caballo y su vinculación con el mundo
divino: “Montaba, por otra parte, un caballo
extraordinario, de pezuñas casi humanas y con los cascos hendidos a modo de
dedos; había nacido en su casa y, como los arúspices habían vaticinado que
presagiaba a su dueño el dominio del globo terráqueo, lo crió con gran cuidado
y fue el primero en montarlo, porque no soportaba otro jinete; más tarde,
dedicó incluso una estatua suya delante del templo de Venus Genetrix.”
Situación del templo respecto a los foros imperiales |
Comentarios