Denarios de Q. Pomponio Musa |
Aniversario conmemorativo de la fundación del templo
circular al Hércules de las Musas en inmediaciones del Circo Flaminio.
¿Hércules y
las Musas?
Antes de la fundación del templo Hércules ya es una
divinidad popular en Roma, no así las Musas. Conocidas por los más cercanos y
entendidos del mundo griego, pero cuyo culto aún es extranjero y, por lo tanto,
“sospechoso”. Nobilior, fundador del templo, empleó un curioso ardid para
evitar la negativa de los prohombres romanos más tradicionalistas: fundó un
templo a las Musas, pero al incluir a Hércules, importante para la propia
mitología fundacional romana, aniquiló cualquier reticencia.
En la propia Hélade existe el culto a Apolo
Musagetes, aunque el de Hércules Musagetes no es relevante –o directamente, no
existe-.
El propio Plutarco, en sus Cuestiones romanas (59),
se pregunta precisamente porqué existe un templo a Hércules y las Musas en
Roma, siendo un asunto peculiar e incluso inédito en Grecia: “¿Por qué Hércules y las Musas tenían un
altar en común? ¿Acaso porque Hércules enseñó las letras a los de Evandro,
según ha recordado Juba? Y el hecho se consideró noble por enseñar a amigos y
parientes. Tiempo atrás empezaron a enseñar por un sueldo y el primero en abrir
una escuela elemental fue Espurio Carvilio, un liberto de aquel Carvilio, que
fue el primero en divorciarse de su mujer.”
Aedes
Herculis Musarum
Erigido por M. Fulvio Nobilior tras la toma de
Ambracia, ciudad situada en la costa occidental de la Hélade, en la primavera
de 189 a .
C. Tras su posterior saqueo y toma de prisioneros, la ciudad cayó en la
insignificancia. El triunfo de Nobilior fue en el 187 a . C. -otros dan la fecha
del 179 a .
C.-, por lo que es probable que fuese la fecha de inauguración del templo,
siendo su dies natalis el 30 de junio.
En la Hélade descubrió Nobilior que a Hércules se
le consideraba líder o señor de las Musas, denominado por ello Herakles Musagetes. Inspirado por ello,
se apropió de las numerosas estatuas de la ciudad conquistada; destaca un
conjunto escultórico con el propio Hércules tañendo una lira, obra de Zeuxis, y
las nueve Musas.
Es interesante resaltar que Nobilior era un gran
anticuario interesado en la antigüedad romana. Por ello, tras inaugurar el
templo lo dotó de unos Fasti, un
completo calendario religioso con numerosa información histórica y mitológica,
siendo, según la tradición, el primero en hacerlo.
Nobilior dotó al templo de una pequeña capilla –aedicula- de bronce en honor a las
Musas, que al parecer data de los tiempos de Numa Pompilio, guardada en el
templo de Honos et Virtus.
L. Marcio Filipo restaura el templo en el 29 a . C., en tiempos de
Augusto, edificando a su alrededor el Pórtico de Filipo –Porticus Philippi-. Destacan en el pórtico las numerosas barberías
que hacen del lugar un centro concurrido. El gran Marcial se burla,
precisamente, de un amigo y su indecisa calvicie. Aquí el epigrama, titulado
con un simple y descriptivo “Un calvo”, con anécdota mitológica incluida: “El otro día, viéndote por casualidad
sentado a ti sólo, te tomé por tres personas. Me engañó el número de tu calva:
tienes cabellos a una parte y tienes a la otra, y tan largos como los que
pueden sentar bien incluso a un adolescente; en su mitad, tienes la cabeza
desnuda y en un largo espacio no se deja ver ni un solo pelo. Este error te
vino bien en diciembre, cuando el emperador distribuyó comida: volviste con
tres raciones. Creo que así fue Gerión. Te aconsejo que evites el pórtico de Filipo:
como te vea Hércules, estás perdido.”
Y además de barberías, no son pocas las
“peluquerías” especializas en el género femenino, y como detalla Ovidio, aquí
se venden incluso vistosas pelucas y tocados para las mujeres pudientes.
Los denarios
de Q. Pomponio Musa
Resulta interesante mencionar los denarios acuñados
por el magistrado, banquero y prestamista Q. Pomponio Musa, un prohombre de su
época (siglo I a. C.). Siendo triumvir
monetalis acuñó moneda con la autorización del estado romano. Destaca una
serie de diez denarios en la que está representada en el reverso una de las
musas, sobresaliendo entre todas una magnífica Urania, musa de la astronomía.
En uno de los denarios está representado Hércules Musarum, aunque en el anverso
de todas las monedas puede verse a Apolo Musageta. De esta forma Q. Pomponio (y
con seguridad gran parte de la gens
pomponia) muestra uno de sus cultos preferidos. El sobrenombre de Musa
adquirido por Q. Pomponio es indicativo claro de su preferencia.
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