Uno de los festivales más curiosos, misteriosos y
arcaicos del mundo romano, relacionados con Marte –marzo es un mes
especialmente consagrado a esta importantísima deidad-, durante el cual se
honra y repudia a Mamurio Veturio,
una figura controvertida ya desde tiempos antiguos.
¿Quién era
Mamurio Veturio?
Según los propios romanos se trataba de un artesano
arquetípico, maestro armero o herrero, compañero de Numa Pompilio, el cual siempre aparece asociado a la magia y el
mundo religioso del primitivo Lacio.
Es una de las figuras principales en el mito de los
salii, los sacerdotes de Marte. Son los
portadores de los ancilia, los doce escudos
sagrados de bronce de arcaica manufactura… de hecho, Mamurio es su creador,
pero no adelantemos acontecimientos. El mito
nos cuenta que un escudo de bronce cayó desde los cielos un primero de marzo en
tiempos de Numa Pompilio. Este escudo era obviamente de origen divino, un
regalo del dios Marte. Un poderoso talismán de vital importancia para la joven y
frágil ciudad de Roma.
El escudo era poderoso en términos religiosos, con
él se realizaba una procesión por varios caminos de Roma buscando su protección.
Por ello, debía idearse una forma de enmascararlo a los enemigos de la ciudad,
e incluso a no pocos de sus habitantes. Mamurio se encargó de fabricar once réplicas
perfectas del original. Lo que logró con tal maestría que ya nadie era capaz de
distinguirlos. Por ello los salii en
su procesión portan doce escudos, entonado un himno en honor a Mamurio y
diversas divinidades.
Marte agrícola
Sin embargo, los modernos historiadores consideran
que este Mamurio no era otro que una arcaica denominación de Marte como deidad
agrícola o arbórea, representando el Marte del año que ya moría, un simple
nombre que podría traducirse como “el viejo Marte”. Cabe recordar que durante
cierto tiempo marzo fue el primer mes del año romano.
Esta idea o conjetura de un viejo Marte es la más
probable, aunque los propios romanos hubiesen olvidado el verdadero origen de
su herrero mitológico. Cabe decir que los romanos en sus mitos, al contrario
que los griegos, tendían a “convertir” a sus más antiguas divinidades en seres
humanos. Las humanizaban de tal modo que no perdían su conexión con el mundo
divino, pero era una forma radicalmente diferente a la de muchos pueblos que
hicieron a menudo lo contrario –divinizar a multitud de seres humanos, lo que
no ocurrió tan a menudo en Roma como puede pensarse-.
El festival:
la expulsión
Sencillo en esencia. En esa fecha los salii realizaban cierta tarea “teatral”,
actuando como herreros, imitando de algún modo a Mamurio, pero golpeando pieles
de animales, nada de metales o piedra.
Tras esto, un viejo ataviado con pieles encarnaba a
ese herrero mitológico. Esta triste figura era golpeada con largos cayados de madera
blanca, siendo expulsado de Roma. Al parecer cuando se elaboraron las once réplicas
algún tipo de desastre sucedió en la ciudad relacionada con el pueblo de los
oscos –antiguos enemigos de Roma-, siendo este el motivo de la expulsión de
Mamurio. Pero los autores modernos consideran que Mamurio personificaba el
invierno y que durante el festival simplemente se le expulsaba como chivo
expiatorio. De algún modo cargaba con los males asociados al invierno y gracias
a su violenta expulsión atraía los bienes de la primavera.
Roma y otras ciudades
Aunque el origen de tal festival era la ciudad de Roma, con la consecución del imperio y la llamada romanización, otros pueblos también adoptaron la costumbre de la expulsión de sus propios Mamurio Veturio. Especialmente en las ciudades del Occidente romano, donde sobrevivió durante siglos.
Roma y otras ciudades
Aunque el origen de tal festival era la ciudad de Roma, con la consecución del imperio y la llamada romanización, otros pueblos también adoptaron la costumbre de la expulsión de sus propios Mamurio Veturio. Especialmente en las ciudades del Occidente romano, donde sobrevivió durante siglos.
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